Como está la cosa

lunes, 6 de julio de 2009

Mi vida en Quillota

Esta es la apacible vida de un quiltro. Vivo en Quillota porque necesitaba pegarme un cambio de aire. Y no es que el de Santiago estuviera asqueroso. Pues aunque así lo sea, a mi en realidad no me molesta. Santiago me gusta, pero necesitaba desordenar mi vida, como lo he dicho antes y ya no bastaba con cambiar los muebles de lugar una y otra vez, o afeitarme, o cortarme el pelo. Me vine además a Quillota porque mi hermana está viviendo aquí, con su hija, y necesitaba compañía. Trabajo pituteando como fotógrafo, pero como las pegas nunca salen seguidas, debo hacer de todo un poco mientras. Por eso vendo paltas en Santiago a encargo, y traídas directamente de La Cruz. Además trabajo reemplazando cajeros en venta de pasajes en Buses Golondrina. Mientras eso pasa pienso en las mil cosas de mi cabeza, como los blogs en los que escribo, los blogs que leo, las bicicletas que me gustan (aquí todos los viejos andan en reliquias). Estoy aprendiendo algunas canciones con la melódica. Salgo a conocer esta nueva ciudad y me enamoro de una que otra mujer, para luego olvidarla y levantarme de nuevo. Saco y saco fotos y ando en bicicleta. Trato de ir los fines de semana a Santiago cuando se puede y esa es mi vida aquí. Estoy tranquilo, porque todo cambia y cambia. Eso es bueno para mí ahora.

Aqui hay fotos de un día de cajero
(Frente a la oficina hay una tienda de mascotas y los hamster me hacen reir mucho)



1 comentario:

una Nadia dijo...

¿Paltas negra de la cruz? Son exquisitas! A cuánto las trae, así por ser?
Yo en casa tengo un cobayito bebé que estamos cuidando mientras le encontramos dueño, y me mato de la risa con él.
El coso chico salta y hace piruetas cuando está contento.