Arrugado

Después de abrazar unos momentos
el olor a café y butacas de cuero.
de llenarme de silencio las manos.
Luego de mirar los rostros antiguos
engominados, serios y en sepia.

Descubrí la magia de aquellos tiempos,
donde los cuentos se aprendían de boca en boca,
Donde la noticias no eran nunca en vivo y en directo.
aquí, pensando en amarillo, y con olor a humedad, madera y naftalina
me deshilacho en ansias de pasado,
Cuando ya es de noche y mis manos
tabletean superficies más modernas.

En la pálida melodía de aquellos tiempos,
yo que tan sólo llevo de recuerdo, las memorias de gente tan ajena
desearía disfrutar de esos encuentros,
donde hablar cara a cara no era un problema

donde todo descansaba en un baile más pausado
donde no se notaba casi, el invierno.

Mirando este espejo cargado de colores y letras
añoro las ideas que se asomaban a la fuerza
cuando al final de cada escrito, se cerraba el tintero
y nadie sabía de control zeta